Es usual que todas las personas crean en los milagros, sin embargo hay ocasiones en las que podemos palpar muy cerca la voluntad divina. Este es el caso de Yuranis Ríos, una niña de 10 años, quien padeció durante nueve años las consecuencias de un terrible accidente domestico que le ocasionó quemaduras de tercer grado en sus dos manos, dejando inútil su mano derecha.

Alguna vez una amiga me habló de las “Diosidencias” que según ella son aquellas cosas que a los mortales nos parecen obra de la casualidad, pero que son tan convenientes y tan guiadas que no hace falta mucho entendimiento para ver en ellas, la mano del Creador. y muchas de estas “Diosidencias” ocurrieron en la historia de Yuranis, pues entregábamos algunos mercaditos en el corregimiento del Billar en Valencia (Córdoba), acompañados de nuestra Policía Nacional, cuando el padre de la niña quien es mototaxista, coincidió en este lugar, preguntando ansioso por la entidad que entregaba las ayudas, al conocer el nombre de nuestra Institución, se emocionó y pidió colaboración para su hija. Aquí arrancó una maratónica jornada en la cual juntaron el dinero de los pasajes para venir a Barranquilla, una vez instalados acudieron a una cita con nuestro Director Jorge Escalante, esa misma tarde la llevamos al consultorio del Doctor Eduardo Valiente quien de inmediato se ofreció a ayudar y efectivamente no ayudó a convencer a su socio el Doctor Rafael Hernández, al anestesiólogo y a la propietaria de la clínica URONORTE para operar a Yuranis. Llegaron el martes 19 de agosto y el martes 26 de agosto entró al quirófano con la esperanza de recobrar sus manos. Y Dios todopoderoso nos concedió la alegría de que la operación fuese un éxito. Ahora sólo queda retirarle los puntos para iniciar su rehabilitación fisioterapéutica.

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Una vez más la cooperación entre la Policía Nacional en cabeza del Coronel Oscar López y el Subteniente Cajamarca, que se encargaron de facilitarnos el transporte, los amigos empresarios que aportaron los recursos económicos que demandó la operación, entre quienes destacan Antonio Fadul, Ernesto Charris, Javier Restrepo Henao, Rigoberto Ramírez, y los empleados de Jincheng de Colombia quienes hicieron posible el sueño de esta humilde niña colombiana.

Compartimos con ustedes nuestra alegría de contribuir a la felicidad de Yuranis Ríos, con la esperanza de motivarlos para que estén atentos a las necesidades de quienes necesitan una mano amiga.

Jorge Escalante
Presidente