Al sufrir la lesión medular, y durante las primeras semanas de la enfermedad, los problemas vitales ocupan la mente del enfermo y no comienza a pensar en su sexualidad hasta un tiempo después. Pero llega un momento que surgen las cuestiones claves.
El deseo sexual, que obedece a estímulos mentales y hormonales, permanece intacto. Se deben considerar de forma separada las distintas manifestaciones y episodios de la unión sexual para comprender el comportamiento físico de los lesionados medulares en ella.
Si la lesión está encima del centro medular de la erección, es posible que ésta se produzca como un reflejo medular. En ello no intervendrán estímulos sensoriales y fantasías sexuales, que desde el cerebro no pueden llegar hasta el centro de la erección medular.
Sin embargo, el hombre puede, en algunos casos, aprender a estimular esta erección refleja y conseguir un gran dominio sobre ella. Si lo consigue puede llegar a mantener el pene erecto durante mucho más tiempo que antes de la lesión.
Otras veces este reflejo es insuficiente en intensidad y no es posible provocarlo con regularidad; puede aparecer inesperadamente, lo que hace difícil su uso para el coito. Si la lesión afecta al mismo centro medular de la erección, en las vértebras S2, S3 y S4 o está situado por debajo, afectando a sus raíces, no habrá ninguna posibilidad de erección.
Se puede reaprender a provocar la erección y mantenerla con estímulos diversos con maniobras y caricias derivadas del estudio del propio cuerpo.
Conviene observar si alguna circunstancia modifica las maneras de producirse la erección: como provocarla con la vejiga llena o vacía, en los cambios posturales, durante el aseo o en otra situación que pueda favorecer la relación sexual.
Con la paraplejía desaparece el orgasmo que la persona sentía antes de la lesión medular. Sin embargo, hay muchos testimonios de que es posible una sensación voluptuosa equivalente y muy gratificante, coincidiendo con el momento de máximas excitación sexual.
Esta vivencia se educa y se va configurando cuando la persona con lesión medular aprende a conocer sus sensaciones y se ayuda con recuerdos de sus orgasmos anteriores. Existe lo que podemos llamar el orgasmo psicológico.
Los protagonistas tienen que conocer las grandes posibilidades que les proporciona el sexo oral y las manipulaciones de los genitales de la pareja para el disfrute y relación íntima de ambos. El uso de implementos eróticos, como los vibradores, puede servir como una forma complementaria para la expresión sexual.
En cualquier caso, lo importante es conseguir la mejor unión anímica con la pareja, y esto se obtiene haciendo entrega al otro de todas las posibilidades sentimentales y físicas que se tengan.
Fuente: Salud180