La madre de José Simón contactó a nuestra institución con la esperanza de recibir este apoyo humanitario debido a que la silla de ruedas de su hijo se encontraba en muy mal estado y gracias a la solidaridad y generosidad de un ciudadano bogotano, se pudo suplir esta imperiosa necesidad.
Invitamos a todas aquellas personas que tienen en sus hogares sillas de ruedas, muletas o bastones en buen estado, para que nos los donen. Al hacerlo le permiten a INCLUSOCIAL gestionar muchas más historias felices.
Después de muchos años de matrimonio, Anatolio Aponte sigue cuidando a su amada Rosa Bertilda, quien después de haberle brindado muchos años de felicidad, ahora se encuentra, por problemas de salud, con la imposibilidad de poder moverse por si misma. Esta situación para Anatolio quien, también, es un adulto mayor era muy difícil de sobrellevar y al igual que muchos colombianos no tenia como comprar la silla de ruedas que le facilitara la vida a su esposa.
Ante esta situación tan compleja, su sobrina buscó en internet a fundaciones que la pudieran ayudar y dio con la página web de INCLUSOCIAL. Nos escribió solicitando la silla, explicándonos las peripecias que debía hacer su tío Anatolio para cuidar a Rosa López cuya paraplejia exigía llevarla de un lado a otro de la casa y a las citas médicas.
Elizabeth Rivera, una niña de bajos recursos de Turbaco, Bolívar, quien padece de una severa discapacidad motriz y mental recibió por parte de nuestra institución y gracias a un generoso donante de la ciudad de Medellín la silla de ruedas que tanto necesitaba.
En estas deplorables condiciones la encontramos, sin una silla de ruedas para movilizarse.
Esperamos que más empresarios generosos, se sigan sumando a esta hermosa causa humanitaria.
Isabel Valencia es una hermosa abuelita de 81 años que debido a su avanzada edad y a sus quebrantos de salud necesitaba de firma urgente una silla de ruedas. Y cuando en INCLUSOCIAL recibimos la solicitud de ayuda, de inmediato contactamos a varios empresarios Barranquilleros humanitarios para que se sumaran a esta noble causa, y como siempre lo hacen de inmediato aportaron generosamente para poder donarle a Isabel su anhelada silla.
Una vez más, en cumplimiento de los postulados humanitarios y de defensa del derecho a una vida digna de las personas con discapacidad, entregamos una silla de ruedas a una hermosa niña con discapacidad en el municipio de Turbaco (Bolívar) .
Los aplausos y la risa feliz de Isabel Hernández Yeneris, son el resultado del apoyo continuo de comerciantes, profesionales, empleados y empresarios altruistas que siguen creyendo en la transparencia de nuestra institución.
Los invitamos a seguir donando, o comprando las iniciativas pro –fondos de nuestra fundación, para seguir sirviendo y ejerciendo el mandato divino de amor al prójimo por encima de todas las cosas.