Azarosa rehabilitación del niño con discapacidad, José Barros

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La historia de vida de José Barros, en el barrio Manuela Beltrán de Barranquilla, esté llena de «Dioscidencias» (término que utilizamos, los que pensamos que para Dios, no existen las coincidencias). Pues supimos de su caso hace más de tres años, cuando varias personas me abordaron para denunciar, la precaria situación de  un jovencito que caminaba sobre sus rodillas, y que vendía diarios en plena carretera, exactamente en la antigua Gran Bodega, diagonal a una de las entrada del municipio de Soledad (Atlántico).

Por ese entonces, me desplacé hasta su casa, y efectivamente constatamos las impresionantes secuelas en su cuerpo, dejadas por una pared que le cayó encima cuando estaba muy niño. Iniciamos el proceso para donarle la prótesis con una entidad benéfica en  Medellín, pero lastimosamente el fisiatra que daba la autorización no se encontraba, por razones de fuerza mayor, y se perdió el viaje, dejando a José con la ilusión de caminar,  aplazada.

Es curioso, en ese momento nos habíamos centrado en la pierna amputada, y realmente no habíamos tenido en cuenta el estado, de su otra pierna. Pasado un año, Sergio de León de Teletón Colombia, nos contactó en Barranquilla, para identificar casos de niños con discapacidad de muy bajos recursos, en los cuales ellos pudieran intervenir positivamente, y colocamos el caso de José Barros  sobre el tapete, era una excelente oportunidad que brindaba nuestro señor Jesucristo para ayudarle.

Esta vez miramos su caso desde una óptica más integral, y al hacerle los estudios médicos previos, el cirujano  Ortopedista Alfredo De la Rosa, de la Fundación Clínica Campbell, detectó que el fémur de su pierna estaba unido precariamente por un cartílago. Iniciamos entonces el tortuoso camino de las autorizaciones médicas de la EPS´S, apoyado con las consultas de cortesía de la Clinica Campbell, en donde sus directores el Doctor Iván Reatiga y Ana María Aguilar, jugaron un papel muy importante. Pero para Dios no hay demoras ni imposibles, y milagrosamente las autorizaciones que normalmente toman meses, salieron en cuestión de días.

Una vez operado José, sólo quedaba que el implante óseo no fuera rechazado por su cuerpo, que ni hubiesen infecciones, y que soldara bien el hueso, pequeñeces para el Creador. Obviamente todo salió perfecto y José y su madre-tia, pudieron viajar a Bogotá, para que en Otto Bock, Teletón le donara su pierna artificial, que era lo único que faltaba para que su rehabilitación fuese un éxito total.  Y una vez más hubo que operarlo, pues su muñón no estaba apto para el tipo de prótesis que él necesitaba, se le remodeló el muñón en Bogotá, por cuenta de Teletón, y una vez cicatrizado, se procedió por fin a colocarle su prótesis.

José Barros es un adolescente, con todas sus implicaciones, y luego de un par de jalones de oreja, dejó las excusas, y se concentró en adaptarse a la prótesis, logrando dominarla a la perfección.

Ahora, mi querido lector (a), usted puede entender porqué afirmamos que hubieron muchísimas «Diocidencias» en el caso de José Barros, que nos demuestran que pará el creador del universo, no hay imposibles.

Jorge Escalante

Presidente

Autor: INCLUSOCIAL

Fundación para el Desarrollo de la Solidaridad y la Inclusión Social

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